El equipo de Franco analizó el impacto -en cuanto al peso y la mortalidad de la población - provocado por la grave crisis económica que sufrió el país entre los años 1991 y 1995 (debida a la caída de la URSS) y comparó estos datos con los de la época inmediatamente posterior, de mayor bonanza. Durante el conocido como 'periodo especial' y a causa de las graves carencias que sufrió el país, se produjo una disminución en la ingesta calórica y un incremento de la actividad física (Según las cifras que aporta el estudio, la dieta pasó de rondar las 3.000 kilocalorías diarias a situarse en torno a las 2.200. Del mismo modo, el porcentaje de población con niveles de actividad física moderada subió nada menos que del 30% al 80%).Los cubanos empezaron a comer menos y a tener que desplazarse por sí mismos en lugar de utilizando un transporte motorizado, lo que se tradujo en una pérdida de peso poblacional de cinco kilos de media.Esta reducción, subrayan los investigadores, también se reflejó en una importante mejora en cuanto a problemas metabólicos y vasculares. Así, cinco años después del inicio de la pérdida de peso comenzó una rápida disminución de la mortalidad por diabetes que duró seis años. También se redujeron en un tercio los fallecimientos a causa de enfermedades coronarias y, en menor medida, las muertes por infarto cerebral.Sin embargo, cuando a partir del 2000 se inició la recuperación económica, la población comenzó a ganar peso de nuevo (9 kilos de media debido principalmente a un aumento de la ingesta calórica y a una disminución de la actividad física), por lo que las tornas volvieron a cambiar. Aumentó la mortalidad por diabetes y se interrumpió esa importante disminución observada en cuanto a la mortalidad cardiovascular.Ver referencias originales y editorial |